El hallazgo, oculto bajo toneladas de carbón, apunta que podría ser el sepulcro de Lope Fernández de Luna. Entre los restos figuran abundantes estatuas de tamaño natural que están siendo analizadas.
Oculta bajo seis toneladas de carbón, ha permanecido durante siglos una espectacular cripta bajo el suelo de la parroquia de la catedral de San Salvador de Zaragoza, conocida popularmente como la Parroquieta de la Seo. El hallazgo está siendo investigado por arqueólogos y expertos en Historia Medieval, aunque algunos indicios apuntan a que podría ser el emplazamiento original del sepulcro de Don Lope Fernández de Luna, arzobispo de Zaragoza en el siglo XIV y ascendiente directo del Papa Luna, Benedicto XIII.
Su sarcófago y estatua yacente es obra del escultor gerundense Pere Moragues y está expuesto en un arcosolio de la iglesia, construida de propio para albergar el enterramiento de este insigne personaje del Reino de Aragón. Tanto el Cabildo Metropolitano de Zaragoza como Patrimonio del Gobierno de Aragón están al corriente de este hallazgo, que está siendo objeto de estudio. Aún no hay conclusiones definitivas de los resultados de la investigación.
El párroco del templo, Gregorio Forniés, en el interior de la cripta hallada bajo la parroquia de la Seo. |
Tras la llegada de Forniés a la parroquia, este retiró el carbón que todavía se almacenaba en el interior y aparecieron enterradas bajo el suelo primitivo, un buen número de estatuas de personas y santos casi de tamaño natural. Se aprecian construcciones añadidas con posterioridad, ya que en algún momento determinado de la Historia se llegó a construir un nuevo nivel para albergar viviendas de los trabajadores que edificaron la catedral. Las estatuas podrían formar parte del conjunto del monumento funerario de don Lope Fernández de Luna.
No se han realizado más catas en este espacio, en pleno corazón turístico y de devoción de la ciudad. De hacerse, podrían aparecer muchas más sorpresas, debido a que se encuentra en la parte con más riqueza histórica y arqueológica de la ciudad.
Fuente: El periódico de Aragón
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