jueves, 19 de diciembre de 2013

Vikings could navigate, colonize the Arctic during Medieval times

The possibility that global warming might contribute to Arctic development isn’t anything new. America’s first European visitors, the Vikings, were able to reach and colonize the northernmost reaches of the continent due to the lack of sea ice covering the Arctic Ocean during Medieval times when the earth was going through a warming period.
The Viking era came well before the Industrial Revolution — when humans began burning large amounts of fossil fuels which some scientists say causes global warming — and suggests that there are strong natural climate forces that have a profound effect on the extent of Arctic sea ice coverage. However, this is not a new theory — it was discussed as far back as the 19th century.
According to an 1887 newspaper article entitled “Variations in Climate,” Scandinavian Vikings were able to sail through the Arctic Ocean and establish colonies in the “highest north latitude” of Greenland and North America centuries before the arrival of Christopher Columbus. These colonies, however, were abandoned by the Vikings due to “the increasing cold.”
“On the contrary, the formation of ice increases annually if the winters are strongly cold, long and dark,” wrote Alexander Beck in 1887. “The reverse of that state of things is found by calculations for the year 1122 A.D., and it is precisely at that time we find the Danes and other Scandinavian nations going through the Arctic open seas.”


“Colonies are established by them in the highest north latitude of Greenland, and the upper part of North America, a long time before Christopher Columbus had reached a more southern part of the same continent,” Beck added. “But those colonies were relinquished on account of the increasing cold. In the fourteenth century the seas are found again closed, even in the summer. The great north icefield … increases daily, the Arctic colonists are compelled to come more to the south, and the cold takes possession again of countries which were kept free for a few years just about the twelfth century.”
“Remains of those upper Arctic villages are found, I may say, in each Arctic expedition. The climate of Iceland becoming more and more cool also proves that the state of the earth varies in the course of centuries,” Beck continued.
The warm climate that defined the Middle Ages and allowed the Vikings to settle the most northern reaches of the Americas is known as the “Medieval Warming Period,” which lasted from the 9th century A.D. to the 13th Century A.D. During this time temperatures were warmer in the Northern Hemisphere than the so-called “Little Ice Age” that followed, according to the National Climate Data Center.
The “Little Ice Age” that followed the warmer Medieval period lasted from the 14th century A.D. to the late 19th Century A.D. Some scientists argue that this period coincided with low sunspot activity which cooled the climate substantially during this time period. Others say that it had to due with natural climate varia
tions caused by the Atlantic Ocean.


FUENTE: Dailycaller

jueves, 12 de diciembre de 2013

Aragón recupera un sarcófago medieval de su dinastía de reyes

Un sarcófago de piedra caliza datado a finales del siglo XI y perteneciente a la dinastía real aragonesa se exhibe en el Museo de Huesca, después de ser recuperado en una subasta pública y sometido a un complejo proceso de restauración que se ha prolongado dos años.
Esta obra procede del panteón real del monasterio de Santa Cruz de la Serós (Huesca), que albergó también el sepulcro de Doña Sancha, hija del rey Ramiro I y fallecida en 1096, según el director general de Patrimonio del Gobierno aragonés, Javier Callizo, que ha celebrado la recuperación de una "pieza importante" del patrimonio cultural de la Comunidad.
El sarcófago no tiene en su interior un hueco con forma de cabeza, como era costumbre, por lo que los investigadores especulan que pudo ser utilizado como osario de una persona adulta, probablemente una de las hermanas de Doña Sancha.
Según los historiadores, Doña Sancha fue protectora de los monasterios de Santa Cruz de la Serós y de San Pedro de Siresa, este último de monjes, algo que, según Callizo, "choca" por el hecho de que en esa época fuera una mujer la que dirigiera un cenobio de hombres.
El sepulcro está decorado con tres medallones con una pareja de grifos (monstruos del bestiario medieval) enfrentados en cada uno de ellos, una iconografía desarrollada en los centros religiosos franceses de Toulouse y Moissac y visible también en el monasterio de San Juan de la Peña.
Según ha explicado Callizo, el Gobierno aragonés fue informado en 2011 de su inminente venta en una subasta pública, por lo que decidió ejercer derecho de tanteo a través del Ministerio de Cultura, que adquirió la pieza por 65.000 euros.
El proceso de recuperación de la pieza, tallada tan solo en su parte frontal, se ha dirigido a recuperar la zona tallada (cuyos motivos habían quedado desdibujados), a eliminar la costra de cemento que se había puesto en su interior y en zonas laterales y a inyectar mortero teñido con pigmentos naturales.
La labor de limpieza y consolidación de la piedra se ha prolongado dos años, tras lo que ahora el sarcófago se pude contemplar en la sacristía de la capilla donde se ubicaba la antigua Universidad Sertoriana, sede actual del Museo de Huesca y donde se encontraba en la Edad Media el Palacio de los Reyes de Aragón.
Fuente: Agencia EFE

lunes, 25 de noviembre de 2013

Primer epígrafe medieval islámico recuperado en Madrid

El Museo Arqueológico Regional contará con el primer epígrafe medieval islámico recuperado en la Comunidad de Madrid, que formará parte de su exposición permanente y que arroja nuevos datos acerca del pasado islámico de la región.

El Gobierno regional, a través de la Dirección General de Patrimonio Histórico, en colaboración con la Sección de Arqueología del Ilustre Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de la Comunidad de Madrid, ha organizado las X Jornadas de Patrimonio Arqueológico.

Una de las novedades principales ha sido la presentación de esta pieza recientemente adquirida por el Museo Arqueológico Regional. Se trata del primer epígrafe medieval islámico recuperado en la Comunidad y una de las pocas inscripciones funerarias de cronología emiral (anterior al 929), recogidas en la Península Ibérica, con ejemplares conservados en Almería o Córdoba, ciudades con una implantación islámica mucho mayor y anterior a la que se suponía para Madrid.

"Tras su celebración durante nueve años consecutivos este encuentro se ha consolidado como un foro de debate imprescindible entre los profesionales de los ámbitos implicados en la gestión, intervención, difusión y salvaguarda del patrimonio con especial énfasis en los distintos aspectos que afectan al patrimonio arqueológico de nuestra región", ha destacado el Gobierno.

Siguiendo el modelo de años anteriores, las jornadas se desarrollan en tres sesiones temáticas que se centran en el Madrid Islámico, los yacimientos paleontológicos en la Comunidad de Madrid y el Plan de Yacimientos Visitables.

La primera sesión, Madrid Islámico, se celebró ayer y se centró en los últimos hallazgos que sobre el período islámico se han realizado en la Comunidad de Madrid. La segunda sesión, Animales y demás familia, se celebrado esta mañana. A partir de diferentes exposiciones, se propone un foro de encuentro multidisciplinar centrado en los avances realizados en el mundo de la paleofauna y de la paleoantropología.

Por la tarde, se celebrará la mesa redonda Los Yacimientos Visitables, un pasado con futuro, con la que se profundizará en los objetivos de este plan que persigue la puesta en valor del patrimonio arqueológico de la región.

Las jornadas serán clausuradas por el director general de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, Ignacio Muñoz LLinás, tras un homenaje a la profesora Concepción Blasco Bosqued, Catedrática de Prehistoria de la UAM.

Fuente: Europa Press España


viernes, 25 de octubre de 2013

Josep Isern: "Los templarios crearon la banca y la Bolsa"

El profesor catalán desvela enigmas del Temple y los masones 


Un halo de misterio sigue rodeando a los templarios y a los masones. Uno de los mayores especialistas en el tema, el matemático, físico y compositor catalán Josep María Isern i Monné desvela en León algunos de sus enigmas en la conferencia que pronunció en la Sala Región del Instituto Leonés de Cultura.
"Los templarios crearon los principios de la banca y la Bolsa", asegura este investigador, experto en numerología y simbología, que ha logrado desvelar el cuadrado mágico de los templarios, un símbolo que alberga —en sus cinco palabras y en sus veinticinco letras— mensajes en latín que dejaron representados en todos los cenobios de su orden y en las catedrales de Europa. Hasta ahora, el cuadro esotérico de la Orden del Temple era conocido por cuantos se han dedicado a su estudio, pero nadie había logrado interpretar su significado.
"Los templarios revolucionaron el mundo", afirma Isern. Recuerda que los caballeros de Cristo, dedicados a defender la cruz y los santos lugares, forjaron un imperio en Oriente, "de ahí que se valieron de sus códigos para ocultar sus secretos y sus riquezas", explica. En el momento de su disolución, la Orden del Temple, también conocida como Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, contaba con más de 15.000 miembros y posesiones en España, Francia, Inglaterra, Portugal, Alemania, Italia, Bélgica, Luxemburgo y Polonia.
Isern afirma que los templarios y los masones fueron fundamentales en la construcción de las catedrales góticas. Los caballeros-monjes financiaron la mayoría de los templos góticos, mientras que el origen mismo de los masones procede de los gremios de constructores medievales.


Isern cuenta que a partir de las Cruzadas se importó una cultura de Oriente muy importante; y que algunos fenómenos de la luz en las catedrales góticas están relacionados con el ‘efecto relámpago’ que se produce en las pirámides egipcias. "La base de las pirámides es cuadrangular, pero debido a la inclinación de sus caras llega a ser octogonal, ya que cada una de las caras no está compuesta por un solo plano, sino por dos". Esta rareza hace que los días de solsticio "una persona situada en una esquina vea a otra persona iluminada en la siguiente esquina y que se oculte rápidamente, según la inclinación de la luz solar". Algo similar sucede en las catedrales góticas. "En determinados días del año un ventanal ilumina una sepultura o un punto determinado del edificio".
En siete catedrales francesas, las dedicadas a la Virgen, se produce un curioso efecto de luz, de forma que en los solsticios del año se proyecta el signo de Virgo sobre el suelo.
Isern explica que la Catedral de León es excepcional y que sus medidas corresponden a las utilizadas en la de Chartres. El profesor catalán es consciente del interés que suscitan en el público tanto los masones como los templarios, porque "a la gente le gustan las cosas ocultas", dice.

Fuente: Diario de Leon

miércoles, 23 de octubre de 2013

La enigmática Edad Media

Las últimas investigaciones historiográficas llevadas a cabo sobre la Edad Media en la Universidad de Oxford, pilotadas por el catedrático de Historia Medieval y miembro del All Souls College, Chris Wickman, nos sorprenden en cuanto que iluminan esferas de la vida medieval que contradicen la visión que hasta ahora teníamos de la Edad Media. Para empezar no fue el régimen feudal y la relación jurídica señor-siervos la principal estructura político-económica de la Edad Media, sobre todo de la Alta Edad Media. Existían miles de aldeas que no dependían de señores ni de monasterios, por ejemplo. Estas comunidades, que llegaron a ser algunas importantes ciudades, como Maastricht, dirigían sus propios tribunales locales, presididos por los “machtierns” en la Bretaña, u otros funcionarios egresados del mismo pueblo, en los que se resolvían las disputas, y otros asuntos públicos de la aldea también se conducían en estos tribunales. La mayoría de agentes judiciales y garantes eran campesinos, y la policía eran los propios habitantes. Y hasta el siglo X su llana jerarquía social parecía ser relativamente estable. Estos pueblos en los que predominaban los pequeños propietarios gobernaban sus propias vidas de manera autónoma. Estas ciudades se construían siguiendo un orden urbano reconocible que presupone un consenso y un amplio acuerdo entre los vecinos.

Estas comunidades autónomas, basadas en una democracia directa, fundamentan lo que Wickman llama “puebledad”. La mujer en estas comunidades tenía el papel de la suma administradora del hogar. Y un indicio de esto es que, en los enterramientos con ajuar funerario de los siglos VI, VII y VIII, es frecuente que se sepulte a las mujeres con llaves, lo que parece una representación de su control sobre el dinero y los suministros del hogar. Los forasteros que llegaban a los pueblos francos con intención de residenciarse no podían ser vetados, a no ser que el ciudadano que quisiese que el forastero no se instalase en su ciudad consiguiese el apoyo jurado de otros diez vecinos. Es evidente que aquellos cristianos tenían un sentido de la solidaridad entre los hombres algo más humanitario que los habitantes de Lampedusa en esta vieja y seviciosa meretriz que es la Europa de Merkel. Quizás la Edad Media no era una Edad Oscura, sino una época pobre, sencilla, religiosa y humanitaria, que no es exactamente lo mismo. A no ser que se tome por oscuro la falta de relieve histórico, entendiendo por tal la sustitución de la vida por la historia como teatro del poder político o como coto registrado de las comunidades políticas de élite.

Tampoco la Edad Media fue un período de estamentos inamovibles como sucede en las castas de la India. En nuestras fuentes hallamos docenas de obispos de nacimiento humilde, e incluso condes, como sucede con Leudasto de Tours, con quien Gregorio de Tours se mostraba tan despectivo. El período del 500 al 800 ha sido la de mayor autonomía local que ha existido en la Europa post-romana. Las aldeas organizadas con una especie de democracia directa en la que participaban los libres desarrollaban el comercio regional e interregional no sobre artículos de lujo ( comercio propio de comunidades con nobleza y alto clero que propiciaba un comercio de largas distancias entre Oriente y Occidente ), pero sí sobre importantes cantidades de artículos ordinarios ( cerámica, ropa, vino, alfarería, sal, etc. ) que ellos mismos servían como moneda de cambio, pues que era el trueque o intercambio de bienes el modo que tenía de funcionar este comercio. Por el contrario, la moneda siempre supone la existencia de un alto poder político efectivo.

En 721, Anstruda de Piacenza, en el norte de Italia, redactó un documento aparentemente poco corriente. Vendió su propia independencia legal a los hermanos Sigirado y Aroquis, porque se había casado con una persona que dependía de ella y estaba privada de libertad (era un servus). Los tres acordaron que sus futuros hijos seguirían siendo dependientes de los hermanos, a perpetuidad, pero que las hijas podrían comprar su independencia al casarse por el mismo dinero — tres solidi — que la propia Anstruda había recibido. Este documento quebranta al menos tres leyes: la ley que prohibía los matrimonios entre libres y no libres; la ley (o al menos la suposición de partida) de que las personas carentes de libertad no eran personas jurídicas, de modo que a las hijas de Anstruda no cabía atribuirles futuros derechos legales; y la ley que prohibía la independencia legal de las mujeres. En padre de Anstruda, Autario, un vir honestus o pequeño terrateniente, dio su aprobación al documento, pero el dinero de los derechos legales de Anstruda pasó directamente a manos de ella, y ella es la protagonista de toda esta narración en la que ella misma parece ser única dueña de su destino. Hay un punto de ironía en el hecho de que este relato de una joven campesina nos muestre que ella — cuando en realidad estaba vendiendo su propia libertad — podía imponer sus propias reglas y crear su propio contexto social, incluso en una sociedad que restringía la independencia femenina como se dice de la medieval. Esto nos podría desvelar cosas de Anstruda como persona, que serían muy interesantes para un novelista, pero también nos dice algo sobre la fluidez de la “oscura” sociedad medieval.

La escuela medievalista de Oxford nos está dando un giro casi copernicano a la visión que tenemos de la Edad Media, sin duda alguna falsa gracias, sobre todo, a la historiografía y la literatura románticas.

Martín-Miguel Rubio Esteban
Fuente: El Imparcial

miércoles, 2 de octubre de 2013

Hallan los restos de un "vampiro" medieval con un hierro clavado

Arqueólogos búlgaros anunciaron hoy el descubrimiento del esqueleto de un hombre que vivió entre el siglo XIII y el XIV y al que clavaron un arado de hierro en el pecho para evitar que tras su muerte se convirtiera en "vampiro".
El hallazgo ha sido anunciado por Nikolay Ovcharov, el jefe del equipo arqueológico que desde hace años trabaja para documentar un antiguo complejo urbano situado en Perperikov, en el sur de Bulgaria.
"El hombre enterrado en vida tenía entre 35 y 40 años. Monedas de bronce que encontramos entre sus dientes muestran el período en el que vivió. Tenía clavado en la parte izquierda de su torso, entre el cuello y el pecho, un arado de hierro", declaró Ovcharov desde Perperikov, según recoge la agencia Standart.
Las creencias vampíricas procedentes del paganismo las preservaron los cristianos ortodoxos en los Balcanes durante la Edad Media, cuando se pensaba que además del hierro, podían utilizarse estacas de madera para atravesar el corazón del muerto, cubrirlo con ascuas o atar sus extremidades para evitar su conversión en vampiro.

Otro caso
Un hallazgo similar en junio del año pasado en la pequeña ciudad de Sozopol, a orillas del Mar Negro, reveló los restos de un hombre que vivió en el siglo VIII ó IX y que tenía un hierro clavado en el corazón, lo que causó un gran revuelo en el país balcánico.
Su descubridor, el director del Museo Nacional de Historia, Bozhidar Dimitrov, explicó entonces a Efe que ese rito se practicaba con personas consideradas malvadas o con quienes se ocupaban de algo que la sociedad no entendía, como por ejemplo investigaciones científicas o médicas.
Entonces se creía que después de morir "esas personas se convertían en vampiros y torturaban y atormentaban a los vivos y se bebían su sangre durante la noche", explicó Dimitrov.
Varios medievalistas búlgaros también consideran que en aquella época la superstición llevaba a pensar que las personas con anomalías físicas eran vampiros.
Fuente: Diario La Voz

martes, 27 de agosto de 2013

¿De dónde proviene el capitalismo?

Análisis del desarrollo del sistema y la manera en que lo hizo en las diferentes partes del mundo. También se explica por qué el desarrollo del capitalismo en Europa Occidental no fue más que resultado de la casualidad.

¿Por qué el capitalismo industrial se desarrolló en algunos países y no en otros? Esta es una de las preguntas más curiosas de la historia.

Las sociedades occidentales desarrollaron un avanzado sistema capitalista industrial mientras que otras civilizaciones en Latinoamérica, Asia y África no lo hacían. Algunos historiadores dicen a partir de esto que las sociedades orientales son “atrasadas”, que el capitalismo se desarrolló en el Europa occidental a causa de los “valores occidentales” o de algún tipo de innovación “natural”.

Ignoran el hecho de que las sociedades orientales produjeron gran p
arte de las innovaciones científicas, culturales y materiales de la historia. Pero los historiadores ortodoxos intentan presentar versiones de la historia que separan el desarrollo de una parte del mundo de la otra.

El libro de Kenneth Pomeranz, La Gran Divergencia, da pruebas empíricas que derrocan esta visión de la historia. Muestra que había fuertes paralelismos entre Europa y el sudeste asiático en términos de esperanza de vida, ya en 1750. Pomeranz argumenta que la divergencia de Europa en el siglo XIX respecto el resto del mundo se debe principalmente a la azarosa localización del carbón. Esto hizo que el fracaso europeo de explotar intensivamente la tierra fuera un problema menor puesto que el carbón permitiría el crecimiento de las industrias intensivas eléctricas.

Otro hecho crucial se debe al comercio. Las Américas ofrecieron un gran recurso de los muchos productos que Europa necesitaba y los necesitaba más que cualquier otro país asiático. Mientras tanto, el crecimiento de la población y la manufactura pararon las exportaciones de recursos vitales de las regiones asiáticas, el crecimiento allá provino del uso intensivo de la mano de obra y del uso de los recursos naturales.
 
Hasta entonces el comercio y los comerciantes no eran una característica distintiva de Europa. Había comercio lucrativo y activas ciudades comerciales en todo el Mediterráneo, en China y en la Península Arábica. Los mercaderes emergieron como clase dentro de las sociedades agrarias pre capitalistas, compraban productos en un lugar y los vendían en otro. Los mercaderes establecieron ciudades y aumentaron su influencia donde nuevos modelos de vida se estaban desarrollando. Hecho tan cierto para la China o el norte de África como para Florencia o Brujas (Bélgica).

Estas clases mercantiles emergieron de una manera similar en sociedades con poco o ningún contacto entre ellas. Aparecieron en el segundo milenio antes de Cristo en Babilonia y Egipto y el 300 AC en la India, en China, en Grecia y Roma. Normalmente dejaron un poso ideológico, político y económico. Budismo, Hinduismo, Cristianismo e Islam fueron extendidos a través de las rutas comerciales por los mercaderes.

Las grandes lenguas del mundo a menudo se desarrollaron por la comunicación entre la gente en las rutas comerciales y los mercados. Los sectores de la establecida clase dirigente agraria trataron repetidamente a los mercaderes como útiles aliados en las luchas por el poder contra otros grupos sociales. Pero los comerciantes siempre eran los aliados débiles. La riqueza de los comerciantes vino de la malversación del excedente bajo el control de la vieja clase dirigente –y la clase dirigente se resintió de ello. Incluso el mercader más poderoso podía ser de repente lanzado a la prisión o perder su cabeza.

Karl Marx distinguió entre diferentes tipos de capital. Los comerciantes sacaban beneficios financiando el comercio y el capital financiero de los usureros salía de los intereses que los préstamos. El capital productivo provenía de emplear a las y los trabajadores para producir bienes.

Imperios El capital mercantil y el capital financiero existían ya bajo los viejos imperios. El capital productivo hizo sólo extrañas y efímeras apariciones. Los comerciantes no desarrollaron las fuerzas de producción por ellos mismos. Cuando empezaron a ejercer influencia política en algunas áreas, crearon formas estatales que hicieron posible el desarrollo industrial y agrario capitalista en Europa.

¿Por qué esto pasó en algunos lugares y no en otros? Esto está conectado con la manera en que el desarrollo económico incentivó nuevas relaciones sociales que eventualmente chocaron contra los viejos dirigentes y sus estructuras. En algunos lugares la producción empezó a tomar nuevas y avanzadas formas. Aquí las nuevas relaciones sociales sacudieron la vieja sociedad. Pero los adelantos decisivos todavía se apoyaban en la lucha revolucionaria exitosa.

En la Europa Occidental las nuevas técnicas productivas desarrolladas durante los siglos X y XI funcionaron mejor cuando se aplicaban metódicamente en los cultivos y en las granjas animales. Fue difícil de llevar a cabo puesto que los propietarios de tierras preferían los esclavos. Por lo tanto aquellos que controlaban la tierra empezaron a transferir más responsabilidades en el campesinado.

Los cambios en las fuerzas de producción alentaron cambios en las relaciones de producción. Marx describió como la base económica de la sociedad generaba una superestructura legal y política entera. Pero dado que las fuerzas productivas se habían desarrollado, la vieja superestructura empezó a transformarse en un bloque que se oponía al nuevo bloque, generando un conflicto entre ambos.

Por lo tanto había una conexión necesaria entre los métodos de producción y la manera más provechosa de una minoría para explotar el resto de la población. Y este no sólo era el caso del crecimiento del feudalismo europeo, también era cierto para la creación de un tipo de explotación basado en el trabajo “libre” del capitalismo.

Pero muchos historiadores ignoran la manera en que el desarrollo de las fuerzas de producción afectan a la gente y fomenta los cambios.

Marx mostró que una precondición para la emergencia del capitalismo consistía en la separación de los productores inmediatos de los medios de producción. El control de estos pasaba entonces a manos de la nueva clase explotadora y los productores –la gente trabajadora– no tenían entonces otra manera de ganarse la vida que vendiendo su propia habilidad para trabajar.

Pero su premio por el trabajo era más bajo que el valor de los productos que su trabajo había creado. La diferencia, “el excedente”, iba a parar a las carteras de sus jefes. Marx denominó este proceso “explotación”. Describió también como la fuerza de trabajo inglesa fue separada a la fuerza de su control sobre los medios de producción.

Los cercamientos de tierra de los siglos XVI, XVII y XVIII expulsaron al campesinado de las tierras y le empujó a buscar trabajo en las ciudades en auge.

Confiscando las tierras En muchas partes del mundo el proceso ha continuado incluso durante el siglo XX. Los colonos blancos colonizaron las tierras de los nativos de lugares como Sudáfrica. Pero separar los productores de los medios de producción no fue por sí mismo suficiente para llevar a cabo el desarrollo del capitalismo.

En Italia bajo la República romana del siglo segundo antes de Cristo la deuda expulsó al campesinado de sus tierras pero se produjo la esclavitud a gran escala más que el establecimiento de un sistema basado en el trabajo asalariado.

Incluso las primeras empresas industriales del mundo no necesariamente utilizaban trabajo asalariado. Algunas usaban convictos o esclavos. La esclavitud era una manera lógica para la clase dirigente de extraer un excedente más de los explotados, puesto que garantizaba máximos beneficios. Pero tenía un inconveniente. Los peones se sentían resentidos por sus condiciones y esto afectaba la calidad de lo que producían.
Supervisar a los esclavos también era caro. Por eso pronto hubo críticos de la esclavitud entre las mismas clases dirigentes. Pero en muchas de las sociedades clasistas agrarias la gleba, donde los peones eran medio libres, era más común que la esclavitud total.

En el siglo X en la Europa Occidental, por ejemplo, la producción aumentó cuando el campesinado recibió más responsabilidades. Otra vez esto muestra que los cambios en las formas de explotación estaban conectados con los cambios en los métodos de producción.

El capitalismo para desarrollarse no sólo necesitaba la separación de los productores inmediatos de su control sobre los medios de producción, sino que también requería nuevas maneras de producir que darían a los explotadores un excedente más grande debido a que el trabajo “libre” asalariado producía más beneficios que el modo de producción esclavista o feudal.

Y estas nuevas maneras de producir tuvieron que escapar del control de las viejas clases dirigentes agrarias o como mínimo del sector mayoritario de esta clase.

Las visiones dominantes entre los historiadores sobre como se desarrolló el capitalismo no se sostienen. “Los valores europeos” no crearon el capitalismo, fue el capitalismo el que creó estos valores. El capitalismo no se desarrolló por algún carácter especial de Europa. Es un producto del desarrollo global de las fuerzas y las relaciones de producción a gran escala.

La agricultura se desarrolló primero en el Próximo Oriente hace unos 10.000 años. Desde entonces se ha producido un crecimiento acumulativo de nuevas fuerzas de producción, esparcido a través de las masas de tierra conectadas de Europa, Asia y África. El auge del capitalismo en Europa no es más que una de las fases pasajeras en este proceso.

Por Talat Ahmed 

Miembro del Socialist Workers Party, organización hermana de En lucha / En lluita.
Artículo traducido del inglés por Albert Portillo de Estudiantes En lucha / Estudiants En lluita.

miércoles, 24 de julio de 2013

Roman Temple Discovered By Archaeologists In England


A Roman temple dating from the second century A.D. has unearthed by archaeologists in the north of England. The temple was found near Hadrian’s Wall, a defensive fortification built by the Romans in Britain, and is part of a larger settlement that developed around the wall.

The remains were first uncovered in 1880 by the amateur archaeologist Joseph Robinson, but the team, led by Ian Haynes, from the University of Newcastle, excavating the site in 2013 was able to confirm the building was an ancient Roman temple. A settlement was established at the site and was built around a Roman fort and Hadrian’s Wall.

The Roman temple had an approximate height of 8.4 meters (27.6 feet), and the archaeologists are working on drawing a reconstruction of it. “We can confirm the stone building first uncovered in the 1880s was a temple from its shape, characteristically rectangular with an apse at the southern end.  Foundations for columns at the entrance at the northern end of the building have also been identified,” said Haynes.
According to Haynes, the ruin is the most northwesterly Roman temple ever discovered. Maryport is a coastal town located in the borough of Cumbria in Cumberland. During Roman times, Maryport was the site of a fort called Alaluna and served as a coastal supply line to Hadrian’s Wall.
Hadrian's Wall was a defensive fortification built by the Romans in the province of Britannia during the second century AD.
The team is currently in the third year of a planned five-year excavation project. Nigel Mills, director of world heritage and access for the Hadrian's Wall Trust, said the discovery of a Roman temple as well as the settlement that developed around the fort were an important discovery for Roman history and plans are in place to begin excavating nearby buildings. "The fort and civilian settlement at Maryport were a significant element of the coastal defenses lining the northwestern boundary of the Roman Empire for more than 300 years," he said.
Hadrian’s Wall, which was declared a World Heritage Site in 1987, was built by the Roman Emperor Hadrian in 122 A.D. and was 118 kilometers (approximately 73 miles) long. The archaeologists plan on returning to the temple site next to study the building and determine the original location of altars discovered around Maryport. The altars were dedicated to Roman gods, including Jupiter, and were routinely relocated.
International Business Times

martes, 2 de julio de 2013

Ricardo Izquierdo: "En el siglo XIV también hubo 'escraches'. La diferencia es que esos sí eran violentos"

"La crisis del siglo XIV, los judíos y otras crisis en la historia de España" es el título del XXIII Curso de verano de Cultura Hispanojudía y Sefardí, que ayer fue inaugurado en el Vicerrectorado de la Universidad de Castilla-La Mancha y que se celebrará hasta mañana en Toledo. Se trata de una mirada a un momento concreto de la historia que los directores del curso, el medievalista Ricardo Izquierdo (Facultad de Humanidades de Toledo) y el arqueólogo Santiago Palomero (Museo Sefardí), pretenden extrapolar a una perspectiva más amplia, incluidos los paralelismos con la situación económica y social de nuestros días.

"Guy Bois lo explicó recientemente en un texto magnífico, en donde comparó la crisis sistémica del XIV, sacudida por problemas tan graves como la Peste Negra, y la actualidad". Según Santiago Palomero, este autor francés establece "una comparación odiosa, como todas las comparaciones, pero sumamente interesante: tanto el feudalismo medieval como el capitalismo han sido periodos de gran crecimiento seguidos de una etapa de estancamiento que produjo los mismos problemas que podemos encontrar en la actualidad, como una fuerte bajada de la demanda y conflictos sociales".

Ricardo Izquierdo reflexionaba ayer en términos muy similares, recordando que los judíos fueron en el siglo XIV un sector de la población especialmente castigado a consecuencia de esa crisis. "Los historiadores hemos establecido que ya en la segunda mitad del siglo XIII es posible encontrar síntomas de agotamiento. Las malas cosechas crearon serias necesidades en el campo, donde se concentraba la mayor parte de la población, y también en las ciudades". La población cristiana acudió a los banqueros de la época, muchos de los cuales eran judíos -'no todos', apostilló Izquierdo, "porque sería contribuir a fortalecer un tópico muy extendido"-, y contrajo importantes deudas. "Conservamos abundante documentación sobre los intentos de anular esas deudas o pedir moratorias. También entonces se pedía la condonación y tampoco entonces podía hacer mucho el rey, puesto que la supresión total habría supuesto la ruina para el reino". Según el decano de la Facultad de Humanidades de Toledo, "en aquel entonces había también ‘escraches’, si entendemos la palabra como protestas contra el sistema financiero. La diferencia es que en 1391 no solamente hubo concentraciones a las puertas de las casas, sino que se experimentaron numerosos episodios de violencia, incluida la muerte de muchas personas. Bastó con que un exaltado como Ferrán Martínez, arcediano de Écija, movilizase a gran parte de la población cristiana de la zona sevillana para provocar enormes oleadas de violencia que también tuvieron su eco en Toledo".

Es cierto que en aquel momento el siglo XIV estaba ya tocando a su fin, pero toda Europa padecía las consecuencias de ese difícil periodo, incluido el acusado descenso demográfico que trajo consigo la Peste Negra. "1391 es una fecha importante", continuó Izquierdo, "pues puede entenderse como punto de partida del fenómeno converso. Es a partir de entonces cuando muchos judíos se enfrentaron a la disyuntiva entre seguir sometidos a crecientes ataques o convertirse".Es en ese panorama en el que arranca la Inquisición. "Un fenómeno -añadió SantiagoPalomero- que, como ha escrito Netanyahu, no arremetió tanto contra los judíos sino contra los cristianos conversos, que ya eran miembros de la sociedad con pleno derecho y a quienes los propios judíos criticaban por su profunda asimilación".

El XXIII Curso de verano de Cultura Hispanojudía y Sefardí, cuyas sesiones se trasladaron ayer por la tarde a la Sinagoga del Tránsito, fue inaugurado con una conferencia del arquitecto y medievalista Jean Passini, investigador del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS). La segunda jornada, prevista para hoy, incluirá las intervenciones de Ricardo Izquierdo, y de Yolanda Moreno (Universidad Complutense). Carmen Gómez Gómez (UCM) abordará la situación de las familias judías toledanas ante la Peste Negra, mientras que Juan Ignacio Pulido (Universidad de Alcalá de Henares) hablará sobre los orígenes del problema converso y su permanencia en el tiempo.

El curso finalizará mañana, 3 de julio, con una intervención de Juan Ignacio de Mesa (UCLM) sobre la economía y sociedad en el siglo XIV y sus paralelismos sobre la sociedad actual, así como con una mesa redonda moderada por Santiago Palomero sobre otras crisis que han sacudido España a lo largo de su historia.

Arsenio Escolar: "Pedro I demostró una gran noción de Estado"

"Mi hijo y yo nos decantamos, a la hora de escribir sobre Pedro I de Castilla, por un título que conjugase los dos apelativos del rey, el Justiciero y el Cruel, que es con el que este monarca ha pasado a la historia". El periodista Arsenio Escolar habló sobre el personaje que ocupa el espacio central de su trilogía sobre la historia castellana, de la cual dos libros han visto ya la luz, La nación inventada y El justiciero cruel, ambos publicados por Atalaya. Tanto el periodista burgalés como su hijo Ignacio se enfrentaron a un monarca cuya trayectoria contribuyó sustancialmente a alterar el primero de sus biógrafos, Pero López de Ayala, partidario de este rey y después de su hermanastro y sucesor. "Pedro I cometió excesos, sí, algunos terribles, pero no debemos olvidar que demostró una profunda noción de Estado, muy superior a la perspectiva de su época". Fue muy avanzado, por ejemplo, en sus planteamientos militares y en su concepción de una hacienda pública, "campo en el que ya había dado algunos pasos su padre, Alfonso XI. En general, podríamos decir sin temor a equivocarnos que se anticipó ciento cincuenta años a su época, ofreciendo aspectos que más adelante encontraremos durante el Renacimiento y las monarquías absolutas". Escolar, quien expresó su satisfacción por volver a Toledo -El justiciero cruel fue presentado hace escasos meses en el Museo del Greco-, avanzó que la tercera parte de su trilogía sobre la peripecia castellana, que comprenderá la etapa entre Juan II y los Comuneros, estará lista en un año.

Fuente: La Tribuna de Toledo
XXIII CURSO HISPANOJUDÍO
Julio de 2013

sábado, 22 de junio de 2013

¿La mujer no tenía alma en la Edad Media?

El cine y la televisión asocia Medievo con barbarie y oscuridad. Y que la Iglesia consideraba a la mujer el mismísimo demonio. Nada más lejos de la realidad.

Una gran víctima de la ignorancia es la Edad Media; marcada por un halo de oscuridad desde hace siglos. El término Medievo viene de en medio, como diciendo: no es más que el espacio entre lo grecorromano y el Renacimiento. Y la cultura contemporánea no ha hecho más que acentuar esa imagen. No hay serie de televisión, película o bestseller que no ofrezca una imagen distorsionada de la Edad Media, con la mujer reducida a la condición de una inutilidad, cuando no de una bruja.

Lo que los escolares del siglo XXI no saben es que la mujer medieval competía con el hombre en igualdad de derechos, realizaba operaciones mercantiles, desempeñaba diversos oficios y tenía influencia en terrenos como la religión y la cultura.

Régine Pernoud, autora de notables biografías sobre Leonor de Aquitania y Juana de Arco, ha dejado en evidencia, con sus investigaciones, a quienes señalan que en el siglo XX “la mujer sale, por fin, de la Edad Media”. En este periodo la mujer gozó de un relevante estatus y tuvo un papel esencial en campos como la economía, la religión y la cultura.

Especialista en el Medievo; Régine Pernoud (1909-1998) es autora, entre otros, de los libros La mujer en el tiempo de las catedrales; La mujer en el tiempo de las Cruzadas; Blanca de Castilla; ¿Qué es la Edad Media? y A la luz de la Edad Media. En todos ellos, esta antigua archivera desmitifica la imagen que asocia a la mujer medieval con sumisión e ignorancia.

En aquellos tiempos la mujer disfrutaba de igualdad jurídica respecto al varón: podían votar en las asambleas o en los municipios rurales. E incluso se adelanta mil años a usos y costumbres actuales. Por ejemplo, en numerosas actas notariales consta que las esposas hacían operaciones comerciales sin autorización del marido. El problema es que muchos de esos logros sociales se perdieron en el Renacimiento. Y que los programas escolares de la Ilustración y del siglo XIX redujo el milenio medieval a un paréntesis de “tinieblas”. Hoy, la televisión y el cine han hecho el resto.

En su libro Para acabar con la Edad Media, Pernoud ridiculiza el muy extendido tópico de que la Iglesia no admitió hasta el siglo XV que la mujer tuviera alma: “Es decir, que durante siglos se ha bautizado y admitido en la Eucaristía a unos seres sin alma… ¿por qué no se hizo lo mismo con los animales?”.

De hecho, la mujer medieval disfrutó de más derechos que la de Roma, completamente supeditada al paterfamilias. E incluso había abadesas con poder de señores feudales y con preparación cultural muy superior al de los hombres. Personajes como Santa Catalina de Siena, con una influencia directa sobre el papado, serían casi impensables siglos después. Otro tópico es considerar a la mujer como mera decoración en la sociedad de aquellos siglos. Régine Pernoud demuestra en sus estudios, que ejercía muy diversos oficios: maestra, boticaria, copista, miniaturista, encuadernadora, etcétera.

Las féminas tenían voz y voto en las juntas de la Mesta castellana, y en las asambleas locales de pastores el voto femenino era tan válido como el de sus colegas varones. Por otro lado, desde el siglo XII, con la aparición de la lírica cortés, se redescubre a la dama como motivo de inspiración y constante argumental, a quien el poeta se dirige con una ternura y respeto. La mujer se convierte así en uno de los grandes leitmotiv de la literatura europea.

Es innegable que muchas féminas se vieron sometidos a abusos y vejaciones, y que la viudedad equivalía a miseria y desamparo. Pero justamente, para paliar todo eso, la Iglesia recicló a los guerreros en caballeros, introdujo el culto mariano y al proponer como modelo de conducta un patrón femenino, ayudó a las mujeres en su lucha por la igualdad social. Y los trovadores pusieron en un pedestal a la figura de la dama, redescubriendo el valor de la feminidad, y rindiendo un homenaje a la mujer que muy pocas veces en la Historia ha sido superado. 

Tomás Basallo
La Gaceta

domingo, 16 de junio de 2013

El desmontaje del capitalismo y el fin de la Época de las Pirámides

La victoria se obtiene luchando.
 
La crisis financiero-económica que comenzó en 2007 en los Estados Unidos y que hoy abarca a todo el mundo a menudo es comparada con la crisis de 1929-1933. Aquella, a su vez, representaba la parte final de la larga crisis de 1873-1933. Por cierto, con aquella larga crisis, cuya época fue definida por el historiador holandés Jan Romein como la “línea divisoria”, a menudo comparan el momento histórico que comenzó en los 1970, o más exactamente – en 1973 y que dura hasta ahora. La crisis de la “línea divisoria” de 1873-1933 fue el tiempo del “reparto de naipes del juego social” (F.Braudel), “reparto de los Naipes de la Historia”, y los que consiguieron hacerse con los ases permanecieron arriba hasta el siguiente reparto, que comenzó en los 1970. Más aún, ahora tienen buenas posibilidades para añadir a los viejos ases otros nuevos. Lo que se dice “dinero va al dinero”. Aunque también podría resultar “cenizas a las cenizas” – eso ya depende de cómo Dios tire los dados.

La importancia de la crisis de 1873-1933 es indiscutible. Justamente entonces se formaron los principales sujetos (jugadores, agentes) del siglo XX: el capital financiero, su hermano-enemigo el movimiento socialista revolucionario, los servicios secretos, el crimen organizado; precisamente entonces surgieron las principales contradicciones, que tuvo que resolver el siglo XX: germano-británicas, británico-norteamericanas, germano-rusas; justamente entonces fue determinado el orden del día filosófico y científico del siglo XX, se derrumbaron los últimos imperios del Antiguo Régimen, que la burguesía estaba rompiendo desde el siglo XVIII, se formó el capitalismo monopolista del estado, el comunismo – anticapitalismo sistémico, fascismo, nacional-socialismo y los movimientos de liberación nacional. Y, sin embargo, parece más correcto comparar la crisis de la “línea divisoria” de finales del siglo XX – comienzos del XXI no con la crisis “romeiniana”, sino con la crisis de 1490-1560, crisis de una magnitud mucho mayor que la de 1873-1933, y lo más importante – crisis sistémica.

La crisis “romeiniana” era una crisis estructural, se trataba del paso de una estructura capitalista a otra, mientras que a finales del siglo XV – principios del XVI estaba naciendo el propio sistema capitalista, estaban surgiendo sus instituciones básicas: mercado, estado, política etc. Es decir que hacía su aparición aquello que se debilita, se deshace y se muere en las condiciones de la crisis de finales del siglo XX – principios del siglo XXI, uno de cuyos episodios es la crisis económico-financiera que comenzó en 2007. ¿Entonces resulta que la crisis “divisoria” de finales del s. XX – comienzos del XXI es sistémica y representa la crisis y el fin del capitalismo como sistema? En seguida diré que sí y además este proceso no es del todo espontáneo. Es también el resultado de la actuación de la cúspide de la clase capitalista mundial, unas centenares (como máximo mil o mil quinientas) familias, los “señores de los anillos” del Mordor capitalista, quienes están desmontando el capitalismo en su propio interés – para conservar el poder, los privilegios y la riqueza. Pero antes de abordar esta cuestión, vamos a observar otras crisis sistémicas – lo cual es necesario para comprender mejor la crisis que vivimos y que, como un remolino de agua, podría arrastrarnos al Maelstrom (vorágine – N. del T.) de la Historia.

Tres crisis sistémicas

La crisis sistémica más próxima a nosotros cronológicamente es la crisis del feudalismo y la aparición del capitalismo, la crisis del “largo siglo XVI” (1453-1648), cuya fase decisiva recayó en los años 1490-1560. El principal misterio de esta crisis lo constituye la génesis del capitalismo.

Entre las diferentes concepciones acerca de la génesis del capitalismo hay dos fundamentales – las de Karl Marx y las de Max Weber. La visión de Weber del nacimiento del capitalismo del espíritu del protestantismo no se sostiene en primer lugar empíricamente: se basa en el material recopilado acerca de una de las comarcas germanas durante un período cronológico muy corto.

En cuanto a la explicación de Marx surge el siguiente problema. Según la teoría general de Marx, el paso de un sistema a otro – revolución social – se produce cuando las fuerzas productivas del antiguo sistema superan sus relaciones de producción, estas últimas se rompen y surge el nuevo sistema de estas relaciones, que ya son adecuadas a las fuerzas productivas sobrecrecidas. De tener razón Marx, cada nuevo sistema social (“formación”) debería de partir desde un nivel de las fuerzas productivas superior, que el que caracterizaba al anterior sistema. En la realidad histórica sucede justamente al revés. Feudalismo alcanzó el nivel de las fuerzas productivas de la Antigüedad tardía tan solo hacia los siglos XI-XII, es decir que el feudalismo temprano por el desarrollo de sus fuerzas productivas era inferior frente a la Antigüedad tardía; el capitalismo había alcanzado el nivel del desarrollo de las fuerzas productivas del feudalismo tardío tan solo hacia los principios del siglo XVIII, es decir que durante 300-400 años estuvo alcanzando el pasado. Por lo visto, las raíces de la crisis, así como de la génesis del capitalismo hay que buscarlas – por cierto muy en el espíritu de Marx – en otra cosa, y más concretamente en los intereses de clase de los principales sujetos/agentes que forman el sistema. Los estudios de los últimos decenios han demostrado que precisamente el interés de clase de los feudales (señores) por conservar su poder y los privilegios, su lucha por este objetivo está en el origen de la génesis del capitalismo. Tenía razón Heráclito – “la lucha es el padre de todo”. 

¿Cómo había sucedido?

A mediados del siglo XIV Europa fue alcanzada por la peste – la Muerte Negra, que acabó con 20 millones de los 60 millones de la población de entonces, es decir con un tercio de la población. Empezaron a faltar las manos campesinas, la posición contractual socio-económica del campesino (y también del arrendatario y del jornalero) mejoró en su relación con el señor. Los señores intentaron cambiar la situación, y como respuesta obtuvieron hasta tres sublevaciones en los 1378-1382 (“ciompi” en Florencia, “Jacquerie” en Francia, la de Inglaterra al mando de Wat Tyler), en realidad se trataba de la verdadera revolución popular antifeudal que fracturó la espina dorsal al feudalismo europeo-occidental (estrictamente hablando, no hubo ningún otro feudalismo en la historia).

A partir de este momento, en opinión de los investigadores, el vector más probable del desarrollo hubiera sido la evolución de la sociedad europeo-occidental hacia el “paraíso de los kulaks” (campesinos ricos – N. del T.) y el “paraíso burgués”, es decir hacia el sistema social en el que los señores simplemente se convertían en ricos terratenientes o ricos burgueses, perdiendo una parte importantes de sus privilegios y estatus. Los señores se vieron ante el dilema: perder sus privilegios en relación a la masa de la población o cederlos en relación al poder real. Ciertamente, no les gustaban los reyes, mantenían guerras contra ellos, pero los de abajo les pusieron contra la pared, y los señores optaron por la alianza con la corona.

Este esquema se diferencia sustancialmente del liberal-marxista, según el cual la alianza y la lucha conjunta de la corona y los burgueses contra los señores se convirtieron en el fundamento sobre el que “había crecido” el capitalismo. Claro que también tuvo lugar la distribución de las fuerzas sociales de la que hablaban los liberales y marxistas. Pero no era lo principal, lo más importante fue el camino de la conversión de los feudales en capitalistas, su introducción en el mercado mundial que surge en el siglo XVI. Basándose en gran cantidad de material estudiado lo ha mostrado muy bien Richard Lachmann en su trabajo “Capitalistas contra su voluntad”.

El primer resultado de la alianza entre la corona y los señores fue la aparición de las así llamadas “nuevas monarquías” (Luis XI en Francia, Enrique VII en Inglaterra) – estructuras considerablemente más institucionalizadas que las feudales y mucho más represivas; el rey se convertía en el soberano “inmediato” con respecto a todos los súbditos, y no solamente con respecto a sus vasallos, las obligaciones de la nueva nobleza, realmente posfeudal con respecto a la corona eran más pesadas que las mismas durante la época feudal. No existía término para definir a las “nuevas monarquías”, pero fue inventado. Lo hizo Maquiavelo, quien “lanzó” el término lo stato – estado. El estado se convirtió en el poderosísimo arma de los ex-feudales contra los de abajo. Otra arma lo constituyó el ejército de nuevo tipo.

En 1492 Colón descubrió América y a Europa Occidental empezaron a llegar el oro y la plata. Estos medios en primer lugar se invertían en el campo militar. Como resultado se produjo la revolución militar del siglo XVI, surgió una nueva forma de organización militar contra la que los de abajo difícilmente podían luchar. Por otro lado, el descubrimiento de América, hizo que surgiera lo que Marx llamó el “mercado mundial” e I. Wallerstein – el “mundo-sistema europeo” y que en esencia representaba el nuevo sistema de la división internacional – noratlántico – del trabajo, y que ofrecía a los de arriba unas posibilidades cualitativamente nuevas. Los ex-feudales y mercaderes introducidos en este sistema mejoraron considerablemente su situación contractual socio-económica con respecto a los de abajo, porque ahora podían operar en un nivel más alto del espacio económico – el macroregional, mientras que los de abajo permanecían en el nivel local, que dependía del macroregional.

Como resultado de todos estos cambios hacia 1648 en Europa Occidental en el poder en sus distintos niveles permanecía el 90% de las familias que gobernaban la “península” en 1453. De modo que los feudales, persiguiendo sus intereses de clase, desmontaron el feudalismo, para conservar el poder, los privilegios y la riqueza y en el proceso de esta lucha crearon el nuevo sistema. Así que el capitalismo es un producto colateral de la lucha de los feudales por perpetuarse en el futuro con el nuevo “ropaje”. ¿Sorprendente? En absoluto. V.V. Krilov escribía que la lucha de clases es el desarrollo de las fuerzas productivas (en primer lugar sociales) fuera de la esfera de la producción.

La siguiente crisis de la que es necesario hablar es la crisis de la Antigüedad tardía, del sistema esclavista-antiguo (s.s. IV-VI d. de J.C.). Se diferencia en muchos aspectos de la crisis del feudalismo tardío. Señalaré lo más importante. En primer lugar, el esclavismo de la Antigüedad era un sistema extensivo (orientado hacia la extensión), necesitaba expanderse y tener periferia. El feudalismo orientado intensivamente no la necesitaba. En segundo lugar, a lo largo de la crisis de la Antigüedad tardía la cúspide del Imperio Romano de Occidente fue aniquilada, dispersada o absorbida por la élite de las tribus bárbaras. Entre la élite de la Antigüedad tardía y la del feudalismo temprano falta la sucesión, y entre el fin de Antigüedad y el comienzo del feudalismo están los Siglos Oscuros (s.s. VI-VIII d. de J.C.).

La crisis de la Antigüedad tardía, a diferencia de la crisis del feudalismo tardío, constituye el ejemplo de la actuación equivocada de la élite gobernante y del derrumbe de todo el sistema junto con ella. También es significativo que la crisis del feudalismo, que terminó con su desmontaje, no aniquiló a la civilización occidental – el capitalismo se convirtió (aunque con matices) en la siguiente fase de su desarrollo, mientras que la crisis de la sociedad esclavista-antigua acabó en el derrumbe de la civilización de la Antigüedad, es decir que además fue una crisis civilizatoria, a diferencia de la feudal (la crisis del “largo siglo XVI” fue una crisis interna de la civilización).

La tercera crisis de la que vamos a hablar (y el tercer tipo de crisis) fue la crisis del Paleolítico superior (25 mil – 10 mil a. de J.C.). Seguramente, fue la crisis de los recursos demográficos (socio-biosférica) más terrible. Duró 15 mil años, puso el punto y final a varios centenares de miles de años del paleolítico y abarcó a casi todo el planeta, o más exactamente, a su parte habitada. Su resultado fue la reducción de la población mundial en un 80%, la decadencia y degradación de la sociedad y cultura. La salida de la crisis fue a través de la así llamada “revolución neolítica” – la aparición de la agricultura, ganadería, de las ciudades, clases etc., en una palabra – de la Civilización.

De modo, que tenemos ante nosotros tres crisis diferentes: la crisis sistémica de la formación; sistémica de la formación-civilización (“civilización” en el sentido estricto, concreto) y sistémica de carácter socio-biosférico, que sustituyó un tipo de “Juego de la Sociedad con la Naturaleza” (S. Lem) – Paleolítico, por otro – Civilización.

Ahora, después de haber visto las tres crisis sistémicas, veamos lo que ocurre en el mundo de hoy, o más exactamente, lo que está ocurriendo desde los años 1970. En realidad, ante nuestros ojos desaparece el mundo, surgido entre los años 1870-1930 y que floreció en los “gloriosos treinta años” (Jean Fourastié) 1945-1975.

Desmontaje del capitalismo

Se debilita y entra en decadencia la nación-estado; empeora la situación de las capas medias y trabajadoras incluso del núcleo del sistema capitalista, sin hablar de sus capas bajas y de la periferia; se encoge la sociedad civil – tanto por su posibilidad de influir sobre el poder a nivel nacional, sin hablar del nivel global, como por su esencia: muchas sociedades occidentales de las sociedades de ciudadanos se convierten en las sociedades de comunidades y de minorías, es decir que se convierten en posoccidentales; la política se convierte cada vez más en la combinación del sistema administrativo y del show business; el mercado es sustituido por el monopolio; entra en decadencia el conocimiento racional, se trata tanto de las ideologías progresistas del marxismo y del liberalismo que eran elementos de la geocultura de la Ilustración, como también de la ciencia – aparecen libros con títulos simbólicos “Fin del progreso”, “Exequias por la Ilustración”; a marchas forzadas degrada la ciencia sobre la sociedad (falta de la teoría, especialización en temas pequeños) y la educación; el sistema de Boloña socava a la universidad como fenómeno de la Época Moderna; la decadencia de la moral cristiana salta a la vista – en realidad vivimos en la sociedad poscristiana; en el mundo crece el número de la gente del basurero/chabolas – los “nuevos desechados”, entre la que están madurando las uvas de la ira.

¿Por qué ocurre todo esto? En parte los procesos descritos tienen un carácter espontáneo, en parte – proyectado, es decir que son la consecuencia de una acción consciente. ¿De quién?

En 1975 vio la luz el informe “La crisis de la democracia”, escrito por encargo de la Comisión Trilateral por S. Huntington, M. Crozier y J. Watanuki. En este informe se fijan nítidamente las amenazas para la clase dominante – en primer lugar, el que contra ella comienza a trabajar la democracia y welfare state (estado del bienestar social), que tomaron forma en la posguerra. Bajo la crisis de la democracia no se entendía la crisis de la democracia como tal, sino el desarrollo de la democracia que no era favorable para la cúspide de la pirámide social.

En este informe se afirmaba que el desarrollo de la democracia en Occidente lleva a la disminución del poder del gobierno, que distintos grupos de población, aprovechando la democracia, habían comenzado a reivindicar los derechos y privilegios a los que nunca antes aspiraron, y que semejantes “excesos de la democracia” suponían un desafío para el sistema de gobierno establecido. Los autores escribían que la amenaza al gobierno democrático en los EE.UU. no provenía del exterior, su fuente era “la dinámica interna de la propia democracia dentro de una sociedad móvil, con el nivel elevado de educación, que se caracteriza por el alto grado de la participación (política – A. Fúrsov)”. Y como conclusión: había que favorecer la no implicación (noninvolvement) de las masas en la política, provocar cierta apatía, frenar la democracia, partiendo de que no es más que una forma de organizar el poder, y que tampoco es universal: “En muchos casos la necesidad de tener conocimientos de experto, la superioridad en el estatus y el rango (seniority), experiencia y capacidad especial pueden ganar frente a las pretensiones de la democracia como método de constitución del poder”.

La necesitad de debilitar a la democracia y a la clase media suponía también la necesidad de debilitar las instituciones básicas de la sociedad capitalista, y en realidad – su desmontaje. Se trata de los elementos como la nación-estado, política, sociedad civil, conocimiento racional. En otras palabras, se trata del capitalismo. Aquí es necesario señalar que, a pesar de lo que muchos creen, el capitalismo no es simplemente el triunfo del capital, el capital existía antes del capitalismo y existirá después.

El capitalismo es un complejo sistema institucional, que limita al capital en su propio interés a largo plazo y que asegura (en primer lugar con la ayuda del estado) su expansión en el espacio. Esto último es de vital importancia para el capitalismo debido a su orientación extensiva. El capitalismo no puede ser de otra manera, porque resuelve muchas de sus contradicciones, trasladándolas fuera de su propio marco y creciendo en el espacio.

En cuanto desciende la norma mundial de las ganancias, el capitalismo coge, arranca un trozo de la zona no capitalista y lo convierte en la periferia capitalista – fuente de mano de obra barata y mercado para sus mercancías. Y así hasta el siguiente descenso serio en la norma del beneficio; de ahí el colonialismo, la expansión colonial que no transcurría paulatinamente, sino a saltos. Subrayemos: para funcionar con normalidad el capitalismo necesita la zona no capitalista, que convierte en la periferia capitalista y sin la cual tampoco puede existir – al igual que ocurría con el sistema esclavista de la Antigüedad. Entre otras cosas, la explotación de la periferia ayuda a mantener la paz social en el centro del sistema (su “núcleo”), a mantener un determinado nivel de vida para la mayoría de su población. (La crisis global sistémica del capitalismo, debido a la imposibilidad de seguir creciendo – el mercado ya es global y la superficie del planeta es finita – es explicada detalladamente en los trabajos del economista ruso Mikhail Khazin – N. del T.). Y los limitadores del capital en el propio núcleo son, como ya hemos señalado, la nación-estado, la política, sociedad civil y otra serie de formas e instituciones. Y, como sabemos, precisamente esas instituciones y los grupos sociales relacionados con ellas están siendo destruidas/desmontados desde los mediados de los años 1970. El desmontaje de estas instituciones representa en realidad el desmontaje del capitalismo como sistema, llevado a cabo por la cúspide transnacional (mundial) con el fin de conservar su poder (control mundial), privilegios y riquezas desde los años 1970. Este proceso se aceleró en los 1990 y, por lo visto, se acelerará todavía más en los años 2010.
¿Cuáles son las causas de este proceso?
La primera causa tiene un claro carácter de clase. En el límite de los años 1960-1970 la cúspide de la burguesía dentro del núcleo del sistema capitalista en las condiciones del crecimiento del bienestar económico y de la influencia política de las clases media y obrera, de los partidos de izquierda, del aumento de las “dimensiones” de la nación-estado en el formato de welfare state quedó en una situación parecida a la de los feudales del siglo XV. Y fue dado un paso análogo – el desmontaje del sistema. Pero si los feudales no sabían lo que hacían, y actuaban guiados por el instinto social, los burgueses, para los que trabajan miles de “fábricas del pensamiento” (“think tanks”) iniciaron el desmontaje conscientemente, aunque es probable que en un principio se pensó en el desmontaje de algunos elementos y no de todo el sistema. Pero muy pronto la perspectiva sistémica quedó clara.

Y quedó clara con la globalización, sobre todo después del derrumbe del principal bastión del “anticapitalismo sistémico” – de la URSS. La globalización (de los capitales) – “hija” de la Revolución Científico-Técnica y “nieta” de la guerra fría – representa la victoria total del capital, que se convierte en una señal electrónica y supera prácticamente todas las barreras (espaciales, sociales, políticas); lo real no puede controlar lo virtual – pertenecen a distintos niveles (pero lo contrario sí es posible). Todo el mundo se ha convertido en capitalista-neoliberal, incluyendo a la URSS, Europa Oriental, China. ¡En todas partes capital(ismo)! ¡Victoria! Pero como había escrito el poeta N. Korhavin en otra ocasión “Su victoria fue su desgracia/Detrás se abría el vacío”. La zona no capitalista ha desaparecido y ahora el capital(ismo) ya no puede resolver sus problemas, sacándolos fuera – no hay dónde. Y las guerras como las de 1914-1918 y 1939-1945 tampoco son posibles.

¿Qué va a hacer el pobre capitalismo? ¿Dónde buscar las fuentes para la futura acumulación del capital? Solo puede buscarlas dentro de sí mismo. Pero el caso es que el capitalismo es un sistema orientado extensivamente y no intensivamente, está institucionalmente “afinado” para la extensión, y su reorientación, el “reformateo de la Matriz” exige el desmontaje de los elementos que forman el sistema, es decir el desmontaje del propio sistema y la creación del otro en su lugar, que tipológicamente, por su nicho-equivalencia será parecido al feudalismo, o más exactamente, supondrá el retorno a sus principios organizativos en un nuevo giro más alto de la “espiral del desarrollo” – y con la corrección de que ya no se va a tratar únicamente de la sociedad occidental, cristiana y local. El agotamiento del espacio terrestre debido a la globalización se ha convertido en otra causa, intereses de clase aparte, del desmontaje del capitalismo.

Así que tenemos el desmontaje del capitalismo realizado por su cúspide “a la” desmontaje del feudalismo en 1453-1648. ¿Pero lo han pensado todo los señores de sus anillos y su servidumbre intelectual? Tengo una mala noticia para los “desmontadores”: el feudalismo no tenía periferia, cuya existencia cambia fundamentalmente tanto la esencia de la crisis, como el proceso del desmontaje, y el vector de su desarrollo. Al incluir en sus procesos, en el mercado mundial a gigantescas masas de población, a todo el planeta, el capitalismo demográficamente ha creado a su periferia afro-asiática y latinoamericana elevando los niveles de población hasta los límites que no hubiera alcanzado por sí misma. Y ahora esta periferia capitalista que ya no le hace falta al núcleo, como ocurría en los “buenos viejos tiempos del capitalismo”, no va a desaparecer así como así. Presiona al núcleo, el Sur penetra en el Norte, crea sus enclaves y lo desgasta; lo que A.J. Toynbee junior llamaba “unión del proletariado interior y exterior”, favorece la periferización del núcleo, su conquista por la periferia, con la amenaza directa y clara si no del cambio, sí de la sustancial modificación de las élites, al menos de gran parte de ellas. De tal manera que el intento del desmontaje del capitalismo “a la” desmontaje del feudalismo desemboca en una crisis del tipo de la Antigüedad tardía y no tardofeudal, o más exactamente, combina los rasgos y cualidades de ambas. 
Pero eso aún no es todo. Hay otra mala noticia.
El capitalismo es un sistema global, planetario, basado no solamente en la explotación del hombre, sino también de la naturaleza. Al incluir en sus procesos económico-productivos a la biosfera en su conjunto, el capitalismo la ha llevado al estado de la crisis ecológica global, y a la humanidad a la crisis de los recursos. Tipológicamente algo similar no había ocurrido desde los tiempos de la crisis del Paleolítico superior. Claro que las dimensiones actuales son incomparables con la crisis paleolítica. Como resultado tenemos la crisis-muñeca rusa (matrioska), crisis-dominó, cuando una crisis conlleva la otra, todavía mayor y más destructiva.

Además la crisis-desmontaje del capitalismo actual no se agota con los rasgos de las tres crisis descritas. Su crisis automáticamente significa varias crisis más. En primer lugar, es la crisis de la civilización occidental tal y como se había formado a lo largo de los últimos mil años. En segundo lugar, es la crisis del cristianismo en sus diferentes aspectos: el particular (crisis de la visión protestante del trabajo sobre el fondo de las tendencias hacia el hedonismo que crecen rápidamente, consumismo, el “no hacer nada” más o menos activo, tanto por parte de los de arriba, como de los de abajo), y el general (crisis del tipo cristiano de personalidad), crisis del proyecto. De esta última vale la pena hablar más específicamente, porque la crisis del capitalismo de finales del siglo XX – comienzos del XXI también es la crisis del proyecto bíblico.

A lo largo de dos mil años la cúpula de la sociedad (primero mediterránea, luego europea, y en los s.s. XIX-XX – mundial), aprovechando y adaptando a sus necesidades el proyecto contestatario-emancipador de Jesucristo y al mismo tiempo ahogándolo (ideológicamente con la ayuda del Viejo Testamento, organizativamente – con la ayuda de la iglesia cristiana), lo había convertido en el proyecto bíblico. El proyecto bíblico como la manera de mantener en vereda al “pequeño hombre” principalmente desde su propio interior (interiorización del control) sustituyó al proyecto egipcio antiguo, plasmado por última vez en el Imperio Romano, con su acento en el control externo. A pesar de que el proyecto bíblico tuvo muchos altibajos (la separación del catolicismo de la ortodoxia con fines políticos; aparición del protestantismo como el comienzo de la judaización del cristianismo; aparición de la Ilustración panteísta y atea y de sus “ramificaciones” – liberalismo y sobre todo marxismo no simplemente como una versión secular, sino descristianizada del proyecto bíblico), a lo largo de casi dos mil años, aunque cada vez peor, pero siguió cumpliendo con los objetivos para los que fue creado. A partir del último tercio del siglo XX el proyecto bíblico dejó de funcionar. Los “desmontadores” del capitalismo tendrán que crear no simplemente un nuevo sistema, sino un nuevo proyecto. El globofascismo de los “neocones” – esos izquierdistas que han pasado por la “escuela de derechas” de Leo Strauss y se han empapado de Platón, difícilmente va a servir.

En tercer lugar, la crisis del capitalismo es la crisis de la Civilización, es decir de la civilización humana tal y como existe los últimos 10-12 mil años (13.653 siguiendo la cronología hindú; 13.542 siguiendo la cronología egipcia antigua y asiria; 10.498-10.499 según la cronología de los olmecas y los mayas). Defino la época de la civilización terrestre como la Época (o Tiempo) de las Pirámides y de la Esfinge: los datos arqueológicos de los últimos decenios testimonian que la edad de las pirámides y, sobre todo, de la Esfinge es más antigua de lo que se suponía, estas construcciones están fechadas en 8-10 mil años antes de nuestra era y por lo visto fueron construidas por los representantes de la civilización anterior a la egipcia.

El mundo de las Pirámides llega a su fin junto con el capitalismo. La revolución científico-técnica, gracias a la cual los factores informáticos (no materiales) comienzan a dominar sobre los materiales – no es una segunda revolución industrial, sino algo más serio, comparable por sus consecuencias con la revolución neolítica (por primera vez en la Historia la clase dominante tiene el acceso al interior de la conciencia humana a través de su conexión al permanente flujo de la información. Con los métodos de control neurolingüístico se logra borrar la frontera nítida entre el exterior y el interior de la mente, entre lo real y lo virtual, convirtiéndola en la “cinta de Moebius”; el triunfo de la “economía intelectual” hará imposible de raíz cualquier futura protesta, anulando el “Yo” del ser humano – N. del T.).

El mundo vive sus últimos decenios relativamente tranquilos anteriores a la crisis-muñeca rusa, que no tiene otra crisis análoga y que, seguramente, barrerá no solo el capitalismo con sus amigos y enemigos, sino a toda la civilización posneolítica. Y si la humanidad consigue superarla, incluso a costa de haberse reducido a mil millones o quinientos millones, la nueva sociedad será no menos distinta de la Civilización (del Mundo de las Pirámides – en el sentido de que las pirámides egipcias son el principal símbolo de la época posneolítica), que ésta del Paleolítico (…)

En quinto lugar, en la agenda del día podría aparecer la crisis del homo sapiens. Una cosa era la crisis de la biosfera hace 25 mil años, y otra muy distinta sucede hoy – en un planeta, lleno de estaciones de energía atómica, armas bacteriológicas y otras, con la población de 6,6 mil millones (hacia 2030 serán 8 mil millones). La catástrofe planetaria podría acabar con toda la población, o dejar tal huella, que el futuro “desarrollo” solo sea posible en forma de degradación. De esta manera, el desmontaje del capitalismo abrió la caja nunca imaginada de una Pandora nunca imaginada con las consecuencias nunca imaginadas. Y todavía no hemos dicho nada sobre el aumento de la actividad geovolcánica en el s. XXI (con el pico máximo en el s. XXII), ni sobre el inevitable cambio en la dirección del eje de la Tierra (que ocurre cada 12-15 mil años, la última vez sucedió hace 12-13 mil años), ni de que termina el “largo verano” – el tiempo cálido de diez mil años de duración dentro del período de cien mil años – 90 mil recaen en el período de glaciación.

Claro que se puede eludir todo esto, diciendo que se trata de meter el miedo con los catastrofismos, de subrayar la “visión negra” (S. Lem). Pero es mejor vivir según el principio “quien está avisado, está armado”, que convertirse en la víctima del “síndrome de Sidonio Apolinario”, es decir ignorar totalmente la amenaza pendiente.

¿Qué variantes hay del desarrollo posterior a la crisis – si es que, claro está, se logra salir de ella de manera menos catastrófica? Teóricamente hay varias variantes. (…) En realidad el nuevo sistema será seguramente futuro-arcaico – el mundo de las tecnologías ultramodernas convivirá con las estructuras neoarcaicas y hasta neobárbaras.

Lo mismo que en los siglos XIV-XVI, en el planeta habrá un mosaico de diferentes formas de organización social, económica y del poder. Será un mundo de contrastes: junto con los ultramodernos enclaves de “región-economías” (Keniche Ohmae) convivirán zonas en proceso de desmodernización, arcaicas e incluso asociales. La época capitalista, sobre todo su fase modernista, parecerá como un tiempo fantástico, que muy pronto será mitologizado. El ritmo del desarrollo del mundo poscapitalista, poscivilizacional será considerablemente inferior al del sistema capitalista, y probablemente de toda la Época de las Pirámides en su totalidad. Probablemente, la Civilización no fue más que una breve exponente entre las dos asíntotas – el Paleolítico, y lo que viene a suceder a la Civilización. ¿Es triste? Sí. Pero es triste desde el punto de vista de la Ilustración, del proyecto bíblico y del cristianismo, de los que hay que despedirse, - vixerunt. El futuro no es una continuación lineal de la época del capitalismo y ni siquiera de la Época de las Pirámides, es algo distinto, más complejo y a la vez más sencillo.

El desarrollo del nuevo sistema, y como la mayoría de los sistemas sociales durará 600, máximo 1000 años, transcurrirá en medio de las cada vez peores condiciones naturales, por lo que es bastante probable, o tal vez inevitable el aumento de la barbarización y arcaización en diferentes partes del planeta. En cualquier caso uno de los objetivos más importantes para los hombres de este futuro poco amable será la conservación de los conocimientos y la preparación para las catástrofes naturales, en primer lugar – para el nuevo período de glaciación. Pero por este poco amable futuro de los siglos XXIII-XXX (?) todavía habrá que luchar en los siglos XXI – XXII, y también hoy.

¿Qué se puede oponer a los “desmontadores”? Ni mucho, ni poco – la voluntad y la razón. La razón – es el nuevo conocimiento racional sobre el mundo. Nueva ética y nuevo conocimiento – son el escudo y la espada frente a la civilización de los cambistas. ¿Así la victoria estará garantizada? No. La victoria se obtiene luchando. Pero esto garantiza la voluntad de la victoria y la dignidad como el estado de la mente y del alma. Y la esperanza de que vamos a superar la crisis, en la que se sumerge el capitalismo y la civilización occidental, que nos quedaremos en el barco, que surca las olas del Océano del Tiempo, en el que se sumerge la Época de las Pirámides.

Andrei Fúrsov (n.1951) es historiador, sociólogo y publicista. Autor de numerosas monografías científicas y del libro “Campanas de la historia” (Moscú, 1996). Sus intereses científicos se centran en la metodología de los estudios histórico-sociales, teoría e historia de sistemas sociales complejos, particularidades del sujeto histórico, fenómeno del poder (y la lucha mundial por el poder, la información y los recursos).
 
Traducido del ruso por Arturo Marián Llanos
Fuente: Kaos en la Red